IRONMAN MADRID 2015

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viernes, 12 de marzo de 2010

LA RIQUEZA DEL IDIOMA CASTELLANO

Este texto anonimo corre estos dias de mano en mano por Washington, entre hispanos y estudiantes espanoles.

Un ejemplo de la riqueza del lenguaje castellano es el numero de aceptaciones de una simple palabra como puede ser la muy frecuentemente utilizada, que hace referencia a los atributos masculinos, "COJONES".

Si va acompanado de un numeral tiene significados distintos, segun el numero utilizado. Asi "uno" significa caro o costoso (valia un cojon), "dos" significa valentia (tiene dos cojones), "tres" significa desprecio (me importa tres cojones), un numero muy grande y par significa dificultad (lograrlo me costo mil pares de cojones).

El verbo cambia el significado. "Tener" valentia (aquella persona tiene cojones), aunque en admiracion puede significar sorpresa (tiene cojones!!), "poner" expresa un reto especialmente si se pone en algunos lugares (puso los cojones encima de la mesa). También se utilizan para apostar (me corto los cojones), o para amenazar (te corto los cojones).

El tiempo del verbo utilizado cambia el significado de la frase. Así el tiempo presente indica molestia o hastío (me toca los cojones), el reflexivo significa vagancia (se tocaba los cojones), pero el imperativo significa sorpresa (¡tocate los cojones!).

Los prefijos y sufijos modulan su significado, "a" expresar miedo (acojonado), "des" significa cansancio (descojonado), "udo" indica perfección (cojonudo), pero "azo/s" se refiere a la doliencia o abulia (cojonazos).

Las preposiciones matizan la expresión; "de" singifica éxito (me salió de cojones), o cantidad (hace un frío de cojones), "por" expresa la voluntariedad (lo haré por cojones), pero "con" indica el valor (era un hombre con cojones) y "sin" la cobardía (era un hombre sin cojones).

Es distinto el color, la forma, la simple textura o el tamaño. El color violeta expresa el frío (se me quedaron los cojones morados), la forma, el cansancio (tenía los cojones cuadrados), pero el desgaste implica experiencia (tenía los cojones pelados de tanto repetirlo). Es importante el tamaño y la posición (tiene los cojones como el caballo de Espartero); que no puede superarse, porque entonces indica torpeza o vagancia (le cuelgan, se los pisan, se sienta sobre ellos, e incluso necesita una carretilla para llevarlos).
Reto: no hay cojones.
La interjección ¡cojones! singnifica sorpresa y cuando uno se halla perplejo los solicita (¡manda cojones!).
En este lugar reside la voluntad y de allí surgen las órdenes (me sale de los cojones).
En resumen, sería difícil encontrar una palabra, en castellano o en otros idiomas, con mayor número de aceptaciones.

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