Me ha impactado esta viñeta. Supongo que las decepciones y las desilusiones tiñen de gris nuestros sueños y los convierten en pelusas de polvo que ni siquiera queremos ver porque nos recuerda lo que una vez creíamos que pensábamos hacer y no fuimos capaces. Pues nada, utilizamos la pelusa como relleno para una almohada y así apoyar la cabeza, recordar lo aprendido y soñar una nueva nubecita, blanca, esponjosa y brillante.
Por diferentes motivos llevo un mes sin entrenar, ayer corrí 30 min para soltar adrenalina.
"Hubiese" ó "hubiera" necesitado un maratón..
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